Porque los casos reales están para que podamos aprender de ellos y porque libros como el de Alejandro Rodrigo, un ejemplo de empatía, escucha y concordia, nos ayudan de mil maneras en la convivencia con los adolescentes para aprender a escucharlos, entenderlos y remediar todos los malentendidos que puedan existir con ellos en la búsqueda de una relación, y una familia, feliz que conviva en paz.