Las emociones nos acompañan en nuestra vida desde que nacemos. Poner nombre a las emociones es importante para afrontarlas o potenciarlas. A veces es necesario oxigenarlas, aclararlas o bien reconocerlas para poder dar a nuestra vida una dimensión más positiva. Prestar atención a nuestro mundo emocional y reconocer nuestros pensamientos con sus sentimientos y emociones nos ayudará a gestionarlas para mejorar nuestra calidad de vida.