SINOPSIS
El nuevo concepto de convergencia, además de la adaptación de la educación superior a este nuevo espacio europeo en crecimiento, conlleva un componente esencial: el puesto central del aprendizaje en la persona a lo largo de la vida. No se trata de conservar o proteger un patrimonio educativo, sino de crear nuevos fundamentos que preserven valores y derechos universales de los ciudadanos, y el respeto a la autonomía personal en el aprendizaje estudiantil y a la autonomía organizativa de las universidades, que es el fundamento de su responsabilidad ante la sociedad.