Los próximos años son los de la gran mutación de la formación y las universidades tienen que estar en primera línea o se exponen a reducir su influencia, disminuir el número de estudiantes e, incluso, algunas, a desaparecer. Las universidades tienen que reinventar el modelo de aprendizaje que proponen a sus estudiantes. Ir al aula y apuntar lo que dice el profesor ya no es la solución.