Las emociones son absolutamente imprescindibles para la vida y la supervivencia; de hecho, la capacidad para expresarlas, comprenderlas, utilizarlas y gestionarlas, lo que podríamos denominar inteligencia emocional, ha demostrado ser fundamental para el ajuste psicosocial (bienestar, éxito académico, satisfacción laboral, satisfacción familiar, competencia intercultural, etc.) de las personas.