Este libro ofrece una mirada poliédrica sobre el aula como entorno físico de aprendizaje durante la etapa infantil, así como una reflexión sobre la aportación que la arquitectura puede ofrecer a la experiencia pedagógica que se desarrolla en él; esta experiencia, en el panorama de crisis provocado por la pandemia, se ha visto afectada por un entorno virtual cada vez más autosuficiente.