La estructura de la industria publicitaria es cambiante. Está viva, como la sociedad, como los anunciantes, los productos y las marcas. Además, la nueva economía de mercado, las nuevas situaciones sociales y tecnologías, en general, junto con las relaciones entre empresas y la comunicación que pretenden trasladar a la sociedad, deben adaptarse a los nuevos consumidores y a la manera que estos tienen de entender su relación con las entidades.