Aldous Huxley, que también fue publicitario, aconsejaba que el redactor había de esforzarse en componer, corregir y pulir frases que fueran lo suficientemente poderosas para que el lector acudiera a la tienda y terminara comprando el producto.
Esta es la función del redactor publicitario: seducir al lector, atraerlo, convertirlo en consumidor, pero solo con palabras. Y la función de este libro es ayudar al redactor en su ingente tarea. Existen pocos libros en español sobre redacción publicitaria, muchos de los cuales son traducciones del mundo anglosajón o un listado de truquillos que se agotan en sí mismos.