SINOPSIS
La ACT asienta sus fundamentos teóricos en el contextualismo funcional y en la teoría del marco relacional, lo que implica un cambio radical en la consideración de los elementos del comportamiento humano, que ya no son analizados en su particular individualidad sino en cuanto elementos que forman parte del contexto en el que tiene lugar la propia conducta. En el ámbito de la práctica terapéutica, su aportación fundamental es la despatologización de la experiencia humana. Vivir no es una enfermedad, por dura que sea la realidad; lo verdaderamente patológico consiste en renunciar a las propias vivencias y experiencias vitales, la evitación vivencial.