SINOPSIS
Este primer paso en el proceso de victimización en casos de violencia de género está además condicionado por los estereotipos y roles de género, lo que hemos denominado la marca de Eva, tratando de visibilizar cómo operan la cultura y la socialización en la propia percepción de la identidad. La incidencia de esta autopercepción en el proceso penal puede ser de gran intensidad. Primero, porque la condición de víctima debe ser heterodesignada por un órgano judicial tras un proceso penal. En segundo lugar, porque la víctima ideal procesal, esto es la víctima que se perciba como tal, denuncie, participe de la acusación, declare, recuerde, de detalles y quiera ser reparada, no suele coincidir con las mujeres víctimas de violencia de género, cuyo perfil es de lo más variado. El proceso penal debe conocer este proceso de victimización que experimentan las mujeres para entender e interpretar con perspectiva feminista sus necesidades de asistencia, protección, participación y reparación.